La operación incluye el asalto final a la planta siderúrgica de Azovstal en la ciudad de Mariupol.
El canciller Serguei Lavrov aseguró que, en esta etapa de la invasión, Rusia considera la opción de utilizar solamente armas convencionales y agregó que Moscú no tiene la intención de reemplazar a las actuales autoridades ucranianas.